soledad

En la soledad de hablar contigo,
mis palabras se van al aire
al mismo sitio donde miran tus ojos
seguro por no mirarme,
y tu respuesta sin sentido.
En la soledad de pasear contigo,
yo todavía te cojo de la mano
como se coge la de un niño
para que no se pierda,
pero yo ya te he perdido.
En la soledad de estar contigo,
yo te doy mis caricias
pero el calor de mi pasión
se vuelve cenizas
al contacto con tu frío.
Hablamos, paseamos,
estamos y fingimos.
A mi sólo me queda
estar sola contigo.